La historia de superación de Juani Carnevale: del tumor óseo a la Selección Argentina Sub-12, con el apoyo de Horacio Zeballos
El joven fue convocado por primera vez a la Selección Argentina de Tenis Sub-12 para representar al país en el Mundialito de Lima. Detrás del sueño cumplido, hay una historia marcada por la lucha, la familia y el acompañamiento del ex número uno de dobles, Horacio Zeballos, quien lo considera “una inspiración dentro y fuera de la cancha».

El tenis argentino celebra una historia de esfuerzo y esperanza con sello marplatense. Juan Ignacio “Juani” Carnevale, de apenas 12 años, fue convocado por primera vez a la Selección Argentina Sub-12 que disputará el Mundialito de Lima, Perú, desde el 17 de noviembre. La citación de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) es el premio a un camino de resiliencia que trascendió cualquier dificultad.
Desde pequeño, Juani enfrentó múltiples desafíos médicos: fracturas, reflujo, y un tumor óseo en el húmero izquierdo que lo obligó a atravesar cirugías y rehabilitaciones. A eso se sumó un severo problema de visión —solo veía un 10 % con uno de sus ojos— que lo llevó a usar parches alternadamente para recuperar la vista. En medio de ese panorama, el tenis apareció por recomendación médica como una actividad de bajo impacto… y terminó convirtiéndose en su pasión.
Su evolución fue tan sorprendente como inspiradora. Empezó golpeando pelotas por diversión en La Martona (Cañuelas) y, poco a poco, su talento lo llevó a competir a nivel nacional. En 2025 se consagró campeón de dobles en el Nacional Sub-12 de Salta, y ese rendimiento lo catapultó a la Selección Argentina. Pero detrás de cada logro hay también una historia de amor y pérdida: hace pocos meses Juani perdió a su papá, quien fue su mayor sostén y compañero de ruta. Pese al dolor, siguió entrenando y compitiendo con una madurez que emociona a todos los que lo conocen.
Uno de los que siguió de cerca su crecimiento es Horacio Zeballos, ex número uno del ranking mundial de dobles y referente del tenis marplatense. El propio “Cebolla” habló de su vínculo con el joven jugador:
“Tengo el agrado de conocer a Juani desde hace muchos años. Compartimos momentos dentro y fuera de la cancha, pero lo que más valoro es lo que vivimos afuera. Él ayudó muchísimo a mis hijos: gracias a él, mi hijo Fausto aprendió a jugar al ajedrez. Me trajo un juego para chicos y así empezó a interesarse. Es una familia hermosa, muy unida, a la que quiero mucho”, expresó Zeballos.
El marplatense también destacó la energía y la actitud del pequeño tenista:
“Juani nunca perdió su sonrisa. Cada vez que lo vi dentro de la cancha, lo admiré. Me encanta seguir viendo sus progresos y cómo disfruta el tenis. Es un apasionado, y eso se nota en cada golpe”.
Con apenas 12 años, Juani Carnevale representa la esencia del deporte: esfuerzo, pasión y alegría. Su historia de superación y el respaldo de figuras como Horacio Zeballos inspiran a toda una generación de jóvenes tenistas argentinos que sueñan con seguir sus pasos.
En pocas semanas, Juani vestirá por primera vez la camiseta albiceleste en el Mundialito de Lima, llevando con él no solo su raqueta, sino una historia que ya es motivo de orgullo.
