Milagro en Toay: el marplatense Ignacio Espíndola sufrió un fuerte vuelco en la Clase 1 de Turismo Pista, pero salió ileso
El piloto marplatense protagonizó un impactante accidente en la primera serie disputada en el Autódromo Provincia de La Pampa – Toay, perdió el control de su auto, voló sobre un piano, dio dos vueltas en el aire y terminó chocando contra las barreras. Afortunadamente está fuera de peligro y ya fue dado de alta.

El sábado 19 de octubre de 2025, durante la primera serie de la Clase 1 del Turismo Pista en el Autódromo de Toay (La Pampa), el marplatense Ignacio Espíndola sufrió un espectacular accidente que encendió todas las alarmas.
Según su propio testimonio, “se me cruzó el auto mal a la derecha, agarré el piano tratando de sacarlo y… en el piano tomó vuelo y empezamos a volcar, di dos vueltas y se me empezaron a cerrar los ojos por la hinchazón de los párpados”. Estuvo consciente durante todo el accidente, aunque luego la visibilidad le falló. En sus palabras: “sentí todo, estuve consciente en todo momento, traté de ayudar en lo que pude para que me saquen del auto”.
El parte oficial de la categoría confirmó que, pese al tremendo impacto, Espíndola solo sufrió golpes físicos, fue atendido de inmediato por el equipo médico y al poco tiempo fue dado de alta.
El piloto, visiblemente conmovido, manifestó su agradecimiento a quienes lo apoyaron: “agradecido con toda la gente que me mandó mensajes por la preocupación, estamos bien… Agradecido con toda la gente de la categoría por el respeto, por el trato, los médicos llegaron enseguida”. Al mismo tiempo, no esquivó la realidad deportiva: “disculparme al equipo porque se rompió un auto, funcionaba a la perfección y nada, trabajaremos fuerte para recuperarnos y poder estar presente lo que queda”.
El incidente pone nuevamente en evidencia la peligrosidad de los “pianos” (salientes o rebajes en la curva que pueden elevar un auto cuando el piloto intenta neutralizarlos con maniobras) y la importancia de los protocolos de seguridad. Gracias al rápido accionar del equipo de rescate y a los sistemas de contención del auto, el episodio pudo cerrarse con un susto y sin consecuencias graves.
Para Espíndola —nativo de Mar del Plata— esto representa un llamado de atención y, sin duda, una oportunidad para reivindicarse en lo que resta del certamen de Turismo Pista. Su condición de poleman para esa fecha había generado expectativas, y el golpe lo vuelve a poner en foco: no solo por lo sucedido, sino también por su capacidad de recuperación y su deseo de volver a la pista.
Así, con el alta médica en mano y el ánimo firme, Ignacio Espíndola agradece y ya mira hacia adelante. Espíndola ganó una nueva página de fortaleza personal que, sin dudas, estará al servicio de su próxima competencia.
