Damián García: «Hoy el fútbol se devora a sus propios entrenadores”
El director deportivo de Banfield analizó en Marca Deportiva Radio las declaraciones de Renato Gaúcho tras la eliminación de Fluminense en la Copa Sudamericana. Habló de un sistema que prioriza el exitismo, de la presión desmedida sobre los técnicos y del rol de dirigentes, medios e hinchas.

La eliminación de Fluminense a manos de Lanús en la Copa Sudamericana y la posterior renuncia de Renato Gaúcho generaron un fuerte impacto en Brasil y en toda la región. El entrenador, en su última conferencia, apuntó contra las redes sociales asegurando que “acabaron con el fútbol” y cuestionó a los “genios de internet” que condicionan su labor.
En diálogo con Marca Deportiva Radio, el director deportivo de Banfield, Damián García, aportó una mirada amplia sobre esta problemática que atraviesa a todo el fútbol. “Lo que él dice creo que viene de la mano al presente tan exitista que hay actualmente en el mundo, no solamente en Argentina, en el fútbol o en otros deportes o en la vida misma, donde las cosas se fueron para un lugar de triunfos medios vacíos, huecos. Todo el mundo necesita colgarse una medalla, ganar, ser el mejor y el yo continuamente, en donde generamos todos un sistema que después lo sufrimos”, explicó.
García sostuvo que el caso de Renato refleja un mal más profundo: “Hoy nos sorprende ver los técnicos realmente sufriendo su profesión, muchos con cuestiones de salud, estrés, depresión excesiva. Estás casi siempre preparado para ser cocinado porque no se puede mantener tu nivel de persona o de humanidad a través de un triunfo deportivo. Los jueces buscan eso hace rato y nosotros también colaboramos para que ocurra”.
El exentrenador también se refirió a la dificultad de encontrar un modelo ideal en la actualidad: “Pretendemos que todo el mundo gane y en realidad la gran mayoría pierde. ¿Quién gana? ¿Quiénes son los exitosos y por cuánto tiempo? ¿Cuál sería el modelo a seguir? Si hoy es criticado Guardiola, que ya se olvidó dirigir, o Gallardo ya no sabe, entonces nos vamos a un lugar inexistente. Queremos ideales que no existen y es todo lo contrario a lo que tendríamos que pregonar”.
La presión, según García, no se detiene ni siquiera en la victoria: “Hoy casi no tiene un lugar de disfrute el técnico, porque hasta en la victoria le dura hasta el próximo partido. Ya está preocupado que si pierde el próximo, lo echan. Antes uno era medido también por un ciclo, por objetivos, aspiraciones, miraban qué tenías y qué hiciste con eso. Hoy es ganar o nada, aunque se te vayan los mejores jugadores y no traigas refuerzos”.
En ese sentido, advirtió sobre el rol que cumplen los distintos actores: “Quizás también los medios participen en esto de que cualquiera opina con mucha liviandad. El dirigente hoy, primero es hincha y después dirigente, dominado por esa cuestión del querer ganar porque le están diciendo en todos lados que hay que ganar. Y no analiza las cuestiones más profundas. En esa ausencia dirigencial está lo que hoy el fútbol como consecuencia se está manejando”.
Para García, el hincha es el más genuino en esta cadena: “Creo que el que menos culpa tiene es el hincha, porque no tiene la obligación de profundizar mucho las cosas. Pero sí los que manejan los clubes deberían cuidar más porque al fin y al cabo están atentando contra ellos mismos”.
En cuanto al panorama general, su conclusión fue pesimista: “Yo creo que esto se va a profundizar aunque no nos guste. Hoy uno ve a los técnicos envejecidos prematuramente, con presiones insoportables. Estamos peor, con equipos peleando descensos y sin soluciones reales. Descansan de las presiones, se cambian entrenadores, pero los problemas siguen igual. Nosotros como sistema también acompañamos estas cuestiones y después somos las primeras víctimas de lo que generamos”.
Finalmente, dejó un mensaje sobre la necesidad de rescatar el costado humano en el deporte: “Yo siempre reconozco que al fin y al cabo hay que buscar un poco la parte humana, que las cosas sean de una forma lo más cordial posible. Por lo menos nos va a asegurar equivocarnos un poco menos. Hoy lo que falta es profundidad en el análisis y mientras tanto los entrenadores se convierten en fusibles de un sistema que no da respiro”.