Pilar Robles: “Fue una experiencia única; este campeonato tiene un gustito especial”
La delantera de Mar del Plata Club analizó el triunfo 4-2 en la final del Torneo Oficial ante Sporting, donde se consagraron campeonas invictas. Llegada a mitad de año, habló del valor del proceso, la emoción del clásico, el recambio generacional y sus objetivos personales dentro del club.

El hockey femenino de Mar del Plata vivió un fin de semana de grandes definiciones y el clásico volvió a tener un capítulo inolvidable. En la final del Torneo Oficial, Mar del Plata Club se impuso por 4-2 a Sporting y se consagró campeón en un partido electrizante que tuvo todos los condimentos: clima de final, una rivalidad histórica y un desarrollo cambiante que mantuvo en vilo a todos los presentes. Una de las protagonistas del título fue Pilar Robles, quien celebró por primera vez con esa camiseta y habló en Marca Deportiva Radio (FM 99.9).
Robles llegó al club a mitad de año, pero vivió la coronación como un premio a un proceso mucho más amplio: “Fue increíble. Más allá de que yo me sumé a mitad de temporada, este campeonato es fruto del trabajo que hizo el equipo durante todo el año y también de un proceso de mucho tiempo. Cuando un torneo se corona de esta manera, es algo muy lindo”.
El clásico tuvo un peso especial dentro del plantel, especialmente después de la final perdida en 2024. Para Robles, jugar desde adentro un duelo como éste fue una experiencia distinta a todo lo que había vivido: “Un Mar del Plata–Sporting es único. Siempre los vi desde afuera y estar adentro, con clima de final, es muy difícil de describir. La gente de un lado, la gente del otro, la energía, las ganas de ganar… todo se siente mucho. Tener el privilegio de jugarlo y ser protagonista me encantó”.
La delantera reconoció que la final tuvo un desarrollo emocional intenso. De un 2-0 que parecía encaminado, Sporting reaccionó y empató 2-2 en pocos minutos: “A todas se nos paralizó el corazón. Fue tremendo. Son cosas propias de una final, donde se juegan muchas emociones además del juego. Ellas también son un equipo finalista y en algún momento iban a activarse. Fue un cuarto para nosotras y un cuarto para ellas. Cuando se puso 2-2 me asusté un poco, pero por suerte metimos el tercero en el momento justo y después llegó el golazo de Cande (Candela Fruttero)”.
La consagración tuvo, además, un valor sentimental para jugadoras emblemáticas del club que disputaron su último partido. Robles lo vivió de cerca: “Para Maite y Agustina, las hermanas Buquicchio fue su despedida. A mí me tocó sufrirlas como rivales y ahora compartir equipo con ellas en su último encuentro fue único. Por lo que son como jugadoras y más aún por lo que son como personas, se merecían irse campeonas con su club y con sus amigas”.
El título también estuvo atravesado por un recambio generacional que se combinó con la irrupción de jóvenes figuras. Robles destacó la naturalidad con la que las más chicas se insertan en un equipo competitivo: “Las delanteras que tiene Mar del Plata Club potencian a cualquiera. En vez de verlo como competencia, lo veo como una forma de crecer. Y las chicas que vienen de abajo entran y rinden. Candela Ganduglia y Giuliana Vedova son ejemplos: muy chicas, pero con un nivel enorme. Cada vez que entran quieren estar a la altura del equipo. Eso es buenísimo y beneficia a todas”.
Su llegada al club fue parte de un proceso personal de cambios: “Hacía dos años me había ido a IDRA y fueron años de conocerme, pensar qué quería para mi vida. Necesitaba un cambio y perseguir ciertos sueños. Hoy siento que Mar del Plata Club está en una altura distinta. El nivel de entrenamiento, la calidad humana, la competitividad… todo le da un plus. Aprendo en cada práctica de una personalidad distinta. Hay referentes que marcan un camino y un entrenador que guía. Me encanta estar acá y quiero seguir aprendiendo”.
El campeonato, además, tuvo un condimento especial: Mar del Plata Club lo ganó de manera invicta, algo poco frecuente en un torneo tan parejo como el local. Para Robles, ese dato no pasa desapercibido: “Una locura. Habla mucho del equipo y del trabajo que se hizo. Tiene un gustito distinto”.
En cuanto a su futuro, por ahora no mira más allá del club: “Nunca jugué una liga como la que jugará Mar del Plata Club el año próximo. Mi objetivo es formar parte del plantel, vivirlo. Este año una lesión me dejó afuera del Seleciconado Mayor y el año que viene toca jugar el Argentino otra vez. Quiero entrenar, trabajar y estar entre las 20. Hoy mi cabeza está acá”.
Con el título ya en manos de Mar del Plata Club, Robles se queda con la experiencia y con la certeza de que este proyecto recién está empezando. El campeonato es una coronación, pero también un impulso hacia todo lo que viene.
