“Los Juegos que cambiaron a una ciudad” ya está en pre-venta

El libro publicado recientemente por el periodista Alejandro Maldonado Casamajor está disponible de forma digital en pre-venta y repasa los hechos sucedidos en 1995 cuando Mar del Plata fue sede de los Juegos Panamericanos.

La historia del deporte marplatense merece ser documentada y particularmente los Juegos Panamericanos de 1995 que fueron un punto de inflexión para la ciudad generando principalmente un Parque Municipal de los Deportes que todavía se sigue utilizando intensamente.

El periodista Alejandro Maldonado Casamajor eligió tomar este hecho deportivo y describir su impacto para la ciudad en el libro “Los Juegos que cambiaron una ciudad”, recientemente publicado por la Editoral FMP.

En su descripción del trabajo, el profesional explicó que “la idea de hacer este libro sobre la historia de los XII Juegos Deportivos Panamericanos celebrados en Mar del Plata en el año 1995, surgió de la necesidad personal de brindar homenaje o rescatar lo sucedido en el acontecimiento más importante que se realizó en nuestra tierra, y después de una infinidad de charlas con Rubén Aguilera, sobre aquellos años previos y de esos catorce días, en particular, sumado al recuerdo siempre presente de lo que significaron para mí con apenas 11 años, tuve el impulso necesario para embarcarme en tamaña empresa”.

Ese fue sólo el puntapié inicial, porque después llegaría una larga tarea de búsqueda y recopilación de datos: “esos diálogos me llevaron a sumergirme en los archivos, revisar diarios desde 1986 hasta el presente, encontrarme con nombres propios que hicieron muchísimo en la etapa previa, conocer historias de deportes que habitualmente uno no sigue, más por ignorancia y falta de tiempo, que, por otra cosa, entender y darle forma a esas frases que dicen “el todo es más importante que la suma de las partes”, y “poner por delante el bien común, al brillo individual”. Saber que hubo un tiempo en que los políticos dejaron de lado el interés personal y trabajaron todos en pos de un objetivo, que un intendente a sabiendas que no iba a ser él quien inaugurará los Juegos si se hacían en ese 1995, no le importó, porque era más grande el deseo por lograr el evento que su “ego”. ¿Alguien se imagina eso hoy?”, se preguntó Maldonado Casamajor.

Los nombres fueron desfilando ante sus ojos de deportistas de gran carrera que pudieron estar y otros que lamentaron no haber participado: “encontrarse con la emoción de los distintos deportistas que formaron parte, como, por ejemplo, la del atleta brasileño Wander Do Prado Moura, quien desea volver a Mar del Plata para mostrarle a su hijo el lugar donde vivió el momento más glorioso de su carrera deportiva. Descubrir nombres propios que hicieron historia en el deporte a nivel mundial con medallistas olímpicos y campeones mundiales, como el del cubano Javier Sotomayor, dueño aún del récord mundial de salto en alto y que en “La Feliz” buscó mejorarlo, o el del ecuatoriano Jefferson Pérez, que iniciaría en nuestra ciudad su camino glorioso que tendría entre otros ser campeón olímpico un año después en Atlanta 1996, por citar a dos nada más. O el dominio contundente a nivel panamericano de las selecciones argentinas de hockey sobre césped tanto en varones como en mujeres, cuando aún no eran denominados “Leones” y “Leonas”. Hallar el eslabón perdido entre la “Generación del 50” y la “Generación Dorada” en básquetbol nacional, o emocionarse con un estadio colmado para la final del vóleibol masculino que termino con la consagración argentina en un dramático tie-break y otro aún más desbordado para disfrutar ver a su hija dilecta, Nora Vega,

Uno de los principales legados que dejó fueron los escenarios deportivos que los marplatenses todavía siguen disfrutando cotidianamente: “la intención también es mostrar a las nuevas generaciones que toda la infraestructura que hoy existe es gracias a ese fantástico evento, ya que antes no estaba, que no siempre hubo una pista atlética sintética, un natatorio o un polideportivo, que producto de esos Juegos Deportivos Panamericanos, la ciudad se convirtió en un polo deportivo nacional e internacional, porque más allá de ser sede de los Torneos de Verano en fútbol, pudo, gracias a esa inversión, albergar entre otras cosas una Final de Copa Davis en 2008, el Torneo Preolímpico de Básquet en 2011, dos Final Six de la Liga Mundial de Vóleibol en 1999 y 2013, y los Juegos Mundiales de Trasplantados en 2015”.

Para poder adquirir el libro, en instancia de pre-venta; se puede hacer a través de la página www.edicionesfmp.com