Eniz es campeón Intercontinental con rincón marplatense

Jonathan Eniz, con el marplatense Gustavo Mendoza en su rincón se consagró campeón Intercontinental IBO en Noruega. La nota de Ricardo Chacana.

Por Ricardo Chacana (@RMCBoximg)

Jonathan Eniz se consagró campeón intercontinental IBO al vencer por puntos en fallo dividido (que no reflejó el dominio del argentino) al alemán Deniz Ilbay en pelea disputada en Arendal, Noruega.

Lo que para muchos fue un batacazo dista mucho de serlo. La victoria de Eniz es producto de talento, corazón y buenas decisiones:

Desde sus inicios, Eniz demostraba estar hecho para el deporte de los puños. Con su título de la Liga Bonaerense de Boxeo Amateur transitaba los rings más duros y enfrentaba a los mejores a nivel provincial como visitante y siendo víctima muchas veces de fallos localistas en verdaderas guerras que entusiasmaban al público, pueblo tras pueblo.

Y un día llegó al profesionalismo. Comenzó demostrando lo mismo que se veía a nivel amateur, combatiendo al mismo ritmo que lo venía haciendo: una o dos veces al mes en los rings de la ruta 2.

En su cuarta pelea vió la primera derrota ante el debutante Brian Chávez y allí vino un momento que traía más dudas que certezas. Siendo un agente libre y sin la protección de los principales promotores, con suerte dispar se enfrentó a jóvenes prospectos invictos nacionales siendo víctima de fallos localistas, dando batalla y perdiendo en categorías superiores y llegando a sus 23 años como probador y no como promesa o realidad, pero con infinidad de combates en su haber.

Conoció Rusia y Canadá dejando buena imagen pero su condición de zurdo y de gran corazón lo convirtieron en un riesgo que los promotores más avezados no quisieron volver a tomar.

Contando siempre con el apoyo de su familia, de su hermano Mario y de Javier Irusta le llegó su chance para demostrar que aún tenía mucho para dar. Nuevamente tomó una pelea no recomendable ante Luis Verón, como visitante y en una categoría que no fue la del. Su polémica derrota lo puso en el centro de la escena nacional. Demostró que a su estilo aguerrido y gran preparación física le sumó estrategia de la mano de Gustavo Mendoza, su actual entrenador con quien se entiende a la perfección.

Gracias a Marcos Maidana tuvo su revancha y su desafío más importante: enfrentar al ex campeón del mundo Cesar Cuenca que venía de una gran inactividad. Las apuestas lo tenían mejor posicionado al fino boxeador chaqueño, pero la realidad es que la pelea era una total incógnita. Y Eniz dejó todo sobre el ring, corazón y buen boxeo para llevarse un triunfo inapelable. La victoria lo reposicionó como uno de los mejores super ligeros del país y las ofertas no tardaron en llegar. Eniz y su equipo eran conscientes de esto por eso siguió con sus entrenamientos el lunes posterior a su pelea consagratoria exigiéndose al máximo. Primero en su Dolores natal, en el gimnasio Invasión de Golpes. Luego con la ayuda de Federico Balmetti y Darío Fernández con sus grupos de boxeadores, demostrando la solidaridad que tiene este deporte.

Las oportunidades de presentarse en otras latitudes abundaron, pero su equipo supo elegir la indicada. Si bien volvía a regalar una categoría, su rival tenía la misma estatura, su pegada no era temible y su estilo no distaba mucho del resto de los boxeadores germanos. La bolsa era menor que otras pero el riesgo también lo era. La suma de un título de segundo nivel, pero igualmente importante, hizo esta oferta imposible de desechar. Así fue que junto al mencionado Mendoza llegaron a Noruega, no con la idea de meter un batacazo, sino con la preparación que el evento requería.

Analizar la pelea sería redundar en lo que ya se conoce del potro dolorense: presión constante, eficacia y una preparación física excelente le permitieron dominar la mayoría de los 12 rounds y sorprender a los presentes.

Es necesario en esta etapa no saltar pasos para no echar a perder lo bueno que se viene haciendo. Subir la vara gradualmente, volver a su categoría y aprovechar el momento para que en corto tiempo se lo vea en las mejores carteleras pero no regalando su gloria obtenida.

Lo de Eniz no fue un batacazo, fue una muestra del camino a recorrer por los jóvenes valores que también buscan alcanzar la gloria.