Sin fútbol por el fallecimiento de Ortega
Por el fallecimiento de Emanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco, la AFA decidió suspender todas las categorías del fútbol argentino para el próximo fin de semana. Además, la Liga Marplatense de Fútbol tomó la misma decisión.
Emanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco que falleció esta madrugada.
El fútbol vuelve a estar de luto. El jugador de San Martín de Burzaco, Emanuel Ortega, falleció esta madrugada después de estar 11 días internado después de golpearse al cabeza contra un paredón aledaño a la cancha donde estaban jugando uno de los tantos partidos del ascenso que hay todas las semanas.
Lo cierto es que esta noticia, que cayó como un balde de agua fría a todos, tuvo como consecuencia la reacción de los dirigentes. A nivel nacional, Luis Segura Presidente de AFA, se reunió con Sergio Marchi, representante de Agremiados, donde surgió la idea de suspender el fútbol en todas las divisionales.
Según dijo el dirigente de Argentinos Juniors, llamó al presidente de Boca Daniel Angelici, al de Independiente, Hugo Moyano, el de Racing, Víctor Blanco y el vicepresidente de San Lorenzo, Marcelo Tinelli. Ahí decidieron suspender el fútbol en todo el país y todas las divisionales.
Los partidos que tenían pautados Aldosivi ante Boca el próximo domingo a las 18.15 por la Primera División, no se jugará. Lo mismo sucede con Unión ante Central Córdoba de Santiago del Estero que se iba a disputar el lunes a las 20 por la B Nacional y tampoco el de Alvarado frente Ferro de General Pico programado para el domingo a las 16 en el Minella.
En el ámbito local, la Liga Marplatense de Fútbol (LMF), rápida de reflejos también decidió suspender todas las actividades que responden a esta institución. En consecuencia, el fútbol quedará de luto durante toda la semana.
Más allá de esta justa y comprensible medida tomada por ambos entes rectores; lo ideal es que se genere un verdadero planteamiento de los directivos para que no existan canchas con estas características de aquí en más. Por una vez, prevenir antes que curar.